viernes, agosto 09, 2019

Siempre de perfil

     Europa siempre ha tenido ese carácter flemático ante cualquier evento. Siempre ha tardado en reaccionar, incluso perjudicando a la mayor parte de la población.

     Mucho antes de estallar la II Guerra Mundial, Hitler empezó a conquistar zonas limítrofes con Bélgica y Francia. Ningún país lo impidió, y permitió que la Alemania nazi se rearmara, con las consecuencias que todos conocemos. Luego llegaron los americanos, y nos libraron de los nazis.

     Lo mismo ocurrió en la guerra de los Balcanes. Sólo cuando EEUU y la OTAN se cansaron de aquella cruenta guerra, Europa despertó de su letargo.

     Hace poco ha pasado con Ucrania, y se ha normalizado tanto que ya no es noticia.

     Ahora ocurre con la inmigración en el Mediterráneo. Aquella Europa de Maastricht ya no existe: aquella vieja idea de solidaridad entre los países miembros es hoy una utopía. Y gran parte de culpa la tienen los políticos que están accediendo a controlar los países miembros.

     No se pueden comparar los dirigentes actuales con aquellos dirigentes que firmaron el primer tratado, pensando en una Europa fuerte, solidaria y unida, para hacer frente a los retos futuros. Hoy día, es un conjunto de egos, de poder y de miseria.

    La miseria, las guerras y las mafias que controlan todo el flujo migratorio de la Unión, bajo la atenta mirada y condescendencia de los políticos actuales hacen que muchas personas mueran en las aguas del Mediterráneo y del Atlántico. Esto, en otro tiempo, hubiera sido escandaloso e injustificable.

     Pero ya lo vemos normal, y eso si es preocupante. Y si estamos esperando a los americanos, me parece que ellos están con su casa patas arriba gracias a Trump. ¿Tanto hemos cambiado o siempre hemos sido los mismos?