jueves, febrero 14, 2008

Por San Valentín...

Hoy de regreso a casa despues del trabajo, en la guagua, una chica iba con una rosa en la mano. Más que una rosa, parecía un árbol, porque creo que toda la gente que estaba detrás de ella podría ver la rosa o intuirla  (o eso, o ella la 'mostraba' orgullosa).  Sería una rosa alimentada con hormonas  (para caballo, por lo menos).  Seguramente donde la compró el agua salía cara.

Pues me alegró esa imagen, porque hacía años que no la veía. Ya, ya sé que estamos en una época donde hay un asqueroso consumismo  (esa rosa hormonada le habrá costado al valentin@ lo suyo en euros, y más sobre estas fechas).

Pero quitando el euro del medio, en el fondo es hasta bonito, sólo por el detalle o la putada de tener que volver a tu casa con una rosa hormonada con un embellecedor de plástico y que alguien conocido te vea y te haga preguntas incómodas que ya todo sabemos, especialmente si se hacen en un sitio concurrido como es la guagua, que no hay sitio donde esconderse  (bueno,  si,  en la bodega, pero mal sitio para recorrer distancias largas. Además, creo que está mal visto).

Y recordando ahora situaciones pasadas, puede ser una buena excusa para discutir, porque para algunas personas, regalar flores puede tener un tinte machista, y conseguir un efecto totalmente contrario al que se busca al regalarlas. Pregunta por si acaso...

Volviendo al tema, quizás sea una prueba de que el romanticismo sigue su camino, oculto, para que nadie lo dañe. O quizás sea una prueba más del patrón consumista que nos invade por todos lados.

Espero que sea lo primero.

PD:

Yo apostaría antes por un libro. Tiene celulosa, como la flor, pero dura más.

Y hoy la tirada el periódico "Metro", el que regalan en la Estación de guaguas, era rosa. Titulares, texto y fotos. Un detalle bonito, pero poco práctico: a más de uno le habrá dolido la cabeza...

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