Solución a los "males endémicos" de la Justicia

Esta noticia, leída en El País, es sorprendente. Este es el enlace a la noticia.

Sorprendente también las aportaciones de los lectores en los comentarios de la noticia, destacando(bajo mi opinión) el comentario nº 45, que cito parcialmente:

45 | Eu - 09-05-2008 - 18:49:36h

(...)Existe una figura jurídica que se llama "derecho de resistencia". Si nos vamos a los orígenes del Estado de Derecho, nos encontramos con la famosa teoría del pacto social: delegamos en el Estado el ejercicio de la fuerza para que nos proteja y evitemos que nadie se tenga que tomar la justicia por su mano. Por tanto, si el Estado no nos proteje, tenemos derecho a revocar ese pacto. (...)

Buscando en internet, he encontrado esto en la Wikipedia: Derecho a la resistencia

Y en éste otro enlace, también se habla del Derecho a la resistencia, del cual cito lo siguiente:

En general, para que sea moral el derecho de resistencia debe cumplir algunas condiciones estrictas, entre ellas, y según O. Höffe, las siguientes:

a) Cuando el problema en cuestión sea sentido por los ciudadanos como una clara injusticia social.

b) Tras el agotamiento de los medios jurídicos y políticos legales de protesta y oposición.

c) Con la disposición a asumir los perjuicios derivados.

d) Con renuncia a la violencia

Destaca el apartado d), donde se renuncia a la violencia. 

Y por último, este artículo con título Desobediencia civil y praxis democrática

Por lo que se ve, es un derecho muy antiguo y que ha sido reflejado desde las primeras leyes que se conocen. Aparece explícitamente en La Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776 e implícitamente en La Carta fundacional de las Naciones Unidas (ONU).

En memoria tengo el caso de Mari Luz, los casos de violencia doméstica y como no, la desidia del Gobierno de Canarias en proteger los derechos de los ciudadanos: una casa digna, un trabajo digno y el derecho a una educación. En la Constitución de 1978, la Constitución vigente, no dice que los canarios tengamos que emigrar para obtener nuestros derechos. Pero al parecer el Gobierno de Canarias no lo entiende así.

El papel del Gobierno de Canarias no es abrir debates rosas e incoherentes, como sacar una discusión. apoyada por la prensa y radios locales, para prohibir la segunda residencia a los foráneos e incluso a los mismos canarios, y luego retractarse a la semana de haberlo puesto sobre la mesa. ¿Hay alguien más incompetente que estos políticos? Lo dudo. Y cuando no hay debates rosas, tenemos estas curiosas versiones de diálogos propios de telenovela barata: "Europa no manda fondos suficientes" o "Madrid no nos hace caso". Demasiados llantos y cantos de sirena. Demasiados ya. Pero lo que no se ve por ningún sitio es trabajo y soluciones a los problemas de los ciudadanos. Debe ser que exista un reglamento interno, desconocido por los ciudadanos, en que se diga expresamente que el trabajar por y para el ciudadano, con total dedicación, está prohibido y mal visto. 

No pretendo tampoco discutir o blasfemar sobre el Estado de Derecho. No, todo lo contrario, porque pienso que, esencialmente, disfrutamos de una excelente Constitución y de unas buenas Leyes. Y las seguiremos mejorando según las necesidades. Pero esta sentencia, junto a muchas otras, no deja indiferente a nadie. A nadie.

Por otra parte, hay un atisbo de esperanza al oír esta semana las palabras del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, sobre el estado actual de la Justicia y sus "males endémicos", que independientemente de como ha llegado a ese razonamiento, los tiene y hay que poner un pacto de Estado sobre la mesa. Una de las soluciones aportadas es la de informatizar el sistema judicial, cosa que sorprendentemente no se ha hecho aún (para contraste, comparar el rendimiento del Ministerio de Justicia con el rendimiento del Ministerio de Economía y Hacienda, donde la Agencia Tributaria es un organismo modélico a nivel europeo: sólo hay que mirar todos los casos que han detectado de corrupción, mafias, terrorismo y tráfico de drogas, y que han salido a la luz estos últimos años, apoyadas por las investigaciones policiales).  

Creo que es sano discutir, mejorar y exigir al Estado un mayor rendimiento de los bienes que los ciudadanos aportamos: los impuestos. Y como primera cabeza visible del Estado, exigirle a nuestra Comunidad Autónoma lo mismo, o más si cabe, que al propio Estado. No hay otra manera de mejorar en conjunto y garantizar los derechos de todos y cada uno de los ciudadanos.