Ojeando los libros que tenía, me reeencontré con unas joyas: "La Metamorfosis" y "La Condena", de Franz Kafka. Los leí hace ya unos buenos años, pero no he olvidado un pequeño relato, de "La Condena", que pongo a continuación:
Mi abuelo solía decir:
- La vida es asombrosamente corta. Ahora, al recordarla, se me aparece tan condensada que, por ejemplo, casi no comprendo cómo un joven puede tomar la decisión de ir a caballo hasta el pueblo más cercano, sin temer (y descontando por supuesto la mala suerte) que aun el lapso de una vida normal y feliz no alcance ni para empezar semejante viaje.