Ayer murió el escritor ruso Alexander Solzhenitsin. En otra ocasión, comenté algo de su obra y de su persona. Pero de todas las cosas que se pueden decir de él, podría destacar su compromiso a la crítica al régimen ruso, aún cuando era normal 'desaparecer' por dichas críticas. Vivió en su piel los terribles gulags, y desde allí no cesó su labor como escritor. Una vida dedicada al compromiso, hecho que se respira en cualquiera de sus relatos casi biográficos.
Seguramente, aún hoy, no le terminaba de convencer la situación de su Rusia natal. Quizás con los años o los siglos su labor sea reconocida y su fidelidad a esa forma de pensar, de comprometerse, sea un modelo ejemplar, si aún no lo es. Me pregunto, a modo personal, como pudo atreverse a escribir esos libros en esa época y cómo pudo relatar las cosas con una serenidad que en algunos momentos puede resultar hasta molesta.
Sorprende la poca repercusión de su muerte, teniendo en cuenta que es un Premio Nobel y uno de los grandes escritores rusos que aún vivía. Un genio de su tiempo que seguramente sus lectores no olvidarán fácilmente.
1 comentario:
Nunca se conformó, nunca se rindió... todo un ejemplo a seguir en cualquier ámbito o situación.
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